¿Nunca se han preguntado porque saben saladas las lagrimas?
¿Por qué no pueden tener un sabor dulce o agrio?
¿O directamente no tener sabor alguno?
Sinceramente no me perturba su sabor...
Solo me agrada la sensación de su roce contra mis labios al caer, tan delicadas, tan silenciosas…
Saberían mejor sabiendo que no son lágrimas de tristeza sino de felicidad.
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